Sí, el título es correcto, nos remontamos a la época en que nace la fotografía, las ciudades comienzan a expandirse más allá de las murallas medievales y se instala el primer alumbrado público eléctrico en España.

A finales del siglo XIX, el joven Modest Furest (Sant Pol de Mar 1852 – Calella 1939), médico en la ciudad de Girona, compagina su actividad profesional con la inquietud emprendedora.

Furest se desplazaba a los pueblos vecinos para ejercer su profesión y en una de sus visitas a la pequeña población de Caldas de Malavella (Girona), conocida por sus aguas termales desde la época romana, descubre la existencia de unas aguas a las que los animales acuden a beber y a curar sus enfermedades, según le explican los propios habitantes de la población. Furest compra en 1880 el terreno de donde brotan las aguas y realiza todos los análisis oportunos para conocer las características de las mismas.Convencido de la extraordinaria calidad del producto, no duda en llevar adelante su proyecto: comercializar las aguas mineromedicinales y construir un establecimiento balneario. En aquella época, embotellar agua era una auténtica locura, sólo imaginado por visionarios como él.

Al igual que los emprendedores de hoy en día, se encontró con la dificultad de cómo financiar su proyecto. Naturalmente, acudió a su familia en busca de apoyo. Su mujer, Mercè Tapis, poseía un negocio familiar en Girona. Con ella constituye una sociedad comanditaria para iniciar la comercialización de las aguas. Todo el proceso se realiza manualmente en un pequeño edificio habilitado para el embotellado. El proyecto era de tal envergadura que pronto se quedaría parado por falta de dinero.

Embotellado antiguo Vichy Catalán

Embotellado de Vichy Catalán (finales siglo XIX)

A pesar de los escasos ingresos para continuar las obras, siguieron adelante y poco a poco, gracias a la fama de las aguas, la labor incansable de difusión realizada por el doctor Furest y a la contínua afluencia de clientes, se consiguió levantar el balneario en diferentes etapas hasta llegar a construir, en 1904, el Gran Hotel Balneario Vichy Catalán. La constitución de la Sociedad Anónima Vichy Catalán supuso el impulso definitivo para acabar las obras. A partir de aquí, Furest se iría desligando de la gestión de la empresa y podría dedicarse a nuevos proyectos que no dejaron de sucederse a lo largo de su vida.

Balneario Vichy Catalán

Imagen del Hotel Balneario Vichy Catalán publicada en El Eco de Sitges (22/07/1900)

¿Cuáles fueron las claves del éxito de la empresa?

1.- Contar con un producto de gran calidad: cuando Modest Furest hizo analizar las aguas y descubrió que tal como creía, su calidad era comparable a la de las mejores aguas europeas, no dudó en la necesidad de llevar adelante su empresa para mejorar la salud y el bienestar de sus pacientes.

2.- El carácter emprendedor de Modest Furest. Conocido por ser un hombre curioso e inquieto, contaba con aquellas cualidades que asociamos a la figura del emprendedor: pasión por su trabajo, motivación,confianza, constancia, compromiso y tenía una misión, visión y valores claramente definidos. Desde un primer momento, mucho antes de que se construyera una sola piedra de lo que será el Gran Balneario Vichy Catalán, Furest redactó la memoria económica del proyecto dispuesto a que el establecimiento termal estuviera al nivel de los grandes balnearios europeos.

3.- Rodearse de las figuras científicas más prestigiosas del momento: Frederic Trèmols i Borrell, que realiza el estudio químico de las aguas; Lluís Marià Vidal, el estudio geológico; Joan Giné y Partagás, el estudio clínico; también Rafael Rodríguez Méndez, Salvador Mas Ministral y Bartolomeu Robert, destacados médicos de la época le ofrecen su apoyo.

4.- La acertada comercialización del producto en el ámbito local, estatal e internacional: la estratégica ubicación de la villa de Caldas junto a la línea férrea permitió que el ferrocarril se convirtiera en el medio ideal para distribuir las botellas de Vichy Catalán a lo largo de la geografía catalana y española.

5.- La adecuada estrategia de comunicación: los primeros anuncios en prensa aparecen en 1890. Las aguas fueron presentadas y premiadas en los certámenes internacionales más prestigiosos de finales del siglo XIX y principios del XX. Los propios clientes y el colectivo médico, a través de sus escritos, eran los mejores prescriptores de la marca. Embotellar el agua mineromedicinal fue una respuesta a la necesidad de los agüistas de continuar el tratamiento terapéutico en casa.

Anuncio publicado en la portada de La Vanguardia (03/01/1890)

6.- La innovación: más allá de la medicina tradicional, Furest estaba interesado en las nuevas corrientes de la medicina europea de la época como la homeopatía, el higienismo y la hidroterapia.  Además, patentó diferentes alimentos concentrados, así como un sistema de tapado de las botellas para no perder el anhídrido carbónico. Su labor intelectual fue muy prolífica, escribió diferentes libros sobre medicina, editó una revista sobre el alimento compuesto y la revista del Balneario.

7.- El ascenso de la burguesía, como clase social que buscaba diferenciarse de la aristocracia. En los balnearios, la nueva clase burguesa encuentra el remedio a sus dolencias y una forma de veraneo que le permetía “conectar” con personas de su misma condición e intereses.

8.- El impulso económico de los indianos: emigrantes españoles que regresaron de «hacer las Américas». Algunos volvieron a casa con grandes fortunas y decidieron invertir en la construcción de lujosas residencias, la creación de empresas y en obra social. Furest, que buscaba financiación porque su balneario se había quedado pequeño ante la gran cantidad de bañistas que acudían cada año a la temporada del  balneario, encontró en cinco indianos, que habían sido directores de importantes firmas comerciales en Cuba, la aportación de capital necesario para dar el impulso definitivo a su obra.

¿Cuáles serían las claves del éxito del emprendedor del siglo XXI?

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