El primer domingo del año teníamos concertada una visita familiar a una empresa con una buena reputación corporativa, La Fageda, para conocer de primera mano por qué su proyecto es caso de estudio de escuelas de negocio y emprendedores sociales.

La Fageda es una cooperativa catalana de iniciativa social sin ánimo de lucro creada en Olot en 1982. Tiene como finalidad la integración laboral de las personas de la comarca de la Garrotxa (Girona) que sufren discapacidad intelectual o trastornos mentales severos.

Enclavada en un entorno privilegiado, el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, el camino de acceso a la cooperativa (La Fageda significa bosque de hayas) es una invitación a disfrutar de la naturaleza.

La fageda paisajeLa Fageda, a diferencia de un buena parte de empresas en las que se ha realizado un plan de negocio y buscado financiación antes de iniciar la actividad, nació como un proyecto social que tenía como objetivo resolver las necesidades de las personas con discapacidad psíquica y enfermedad mental de la Garrotxa. Se crea la empresa para dar trabajo a unas personas que estaban en el hospital, siguiendo la idea dictada por el sentido común de que el trabajo era la mejor herramienta terapéutica para que estas personas recuperaran su dignidad.

Cristóbal Colón, psiquiatra, emprendedor, trabajó durante 10 años en diferentes centros psiquiátricos buscando mejorar la difícil situación en que se encontraban los enfermos. A partir de sus propias vivencias y experiencia decide crear, junto con otros profesionales del sector y del Hospital psiquiátrico de Salt (Gerona), una empresa para dar trabajo a personas con discapacidad psíquica, de difícil inserción laboral. En un principio, consiguen que el Ayuntamiento les ceda una sala del antiguo convento del Carmen, pero la opción de compra de la finca agrícola del Mas Els Casals, en el enclave del Parque Natural, les abre nuevas perspectivas.

La fageda finca agrícolaLa actividad empresarial se centra en el sector agropecuario, propio de la comarca, con una granja de vacas para la producción de leche y un vivero forestal. Se trabaja en contacto con la naturaleza, realizando un trabajo útil, remunerado y hecho en equipo con lo cual aumenta la autoestima de las personas y la consideración social (la comarca de la Garrotxa puede presumir de un 0% de desempleo para personas con discapacidad psíquica).

En 1992 en La Fageda eran granjeros, productores de leche, pero los cambios en la normativa de la Unión Europea sobre las cuotas de producción lechera les obliga a tener que “invertarse algo” para evitar cerrar la empresa. Deciden fabricar yogures con la leche producida en la granja, una materia prima de excelente calidad.

Empezaron creciendo poco a poco. Los primeros consumidores de los yogures La Fageda fueron los enfermos del hospital de Vall d’Hebron de Barcelona. Pronto se registró en el hospital un aumento en el consumo de yogures.

La cooperativa encontró un nicho de mercado en la fabricación de yogures naturales diferentes de los industriales. Yogures de granja de gran calidad, que solo se venden en Cataluña porque la percepción que tiene el consumidor de la marca es la de una empresa que cuida de su entorno, de sus vacas y ofrece un producto natural, artesanal, directamente al consumidor.

Es un yogur un 40% más caro que el de sus competidores pero que cada día se vende más (es la tercera marca más vendida en Cataluña tras Danone y Nestlé). No se realiza ningún tipo de publicidad, la calidad del producto y la visita a la fábrica son dos de los pilares del boca a oreja de los consumidores.

La fageda vacasLa Fageda, al ser una cooperativa sin ánimo de lucro, no reparte dividendos, sino que los beneficios los reinvierte en el propio proyecto. Además de las actividades productivas, y con el objetivo de mejorar la calidad de vida de sus empleados de forma continua, también ofrece actividades asistenciales, un servicio de terapia ocupacional, pisos asistidos para los trabajadores y actividades de ocio.

En nuestra visita a las instalaciones de la granja escuchamos la música barroca con la que se le acaricia el oído a las vacas para que aumenten la producción de leche. La planta de elaboración de los productos lácteos estaba sin actividad al ser día festivo, pero se suplía con el vídeo corporativo y la desgustación de producto (buenísimo!) Algunos de los premios y distinciones conseguidos por la empresa se mostraban en vitrinas. Confieso que por las noticias que había leído sobre la empresa, esperaba ver a Cristóbal Colón en aquella mañana de domingo. Y allí estaba, leyendo tranquilamente el periódico y charlando con alguno de los trabajadores que nos habían preparado la degustación.

«Nosotros en La Fageda decimos, porque lo pensamos, que trabajamos personas con capacidades diferentes. Nosotros somos capaces de hacer «el mejor yogur del mundo», y lo digo con veinte años de historia  y lo digo provocativamente, porque nos centramos en visualizar aquello de bueno que hay en la vida (…) Todo el mundo sirve para algo, no todo el mundo sirve para lo mismo» (extraído de la charla de Cristóbal Colón con jóvenes emprendedores).